Y el tiempo pasó y el muchacho creció aprendiendo más de la Palabra de Dios. Comenzó en la iglesia Cristo Vive en Rubio, Venezuela. Tuvo la oportunidad de servir como maestro de niños y de relacionarse en la enseñanza para jóvenes. Fue así como se capacitó en el Instituto Bíblico Ebenezer en el cual se graduó. En paralelo cursaba estudios de ingeniería en la Universidad del Táchira de la cual egresó como profesional.
El Señor le dió la bendición de tener dos hijas, Patricia Susana, quien vive en Ecuador, junto a su esposo Jesús Rafael, y lideran el Proyecto Protégeme Latinoamérica, orientado a prevenir el abuso sexual de menores; y Gricel Verónica, que vive en Toronto, Canadá, donde realizó estudios avanzados de psicología y trabaja en el área de Recursos Humanos.
Gracias a su profesión vivió en Ciudad Guayana. Ciudad famosa por ser el epicentro venezolano de los minerales y el petróleo. En esa ciudad se entrenó por primera vez con el ministerio de Oansa siendo misionero voluntario por muchos años para Awana de Venezuela iniciando en la Iglesia Bautista en Puerto Ordaz.
Para él fue una linda experiencia que se inició y ha continuado desde el año 1989 hasta la actualidad, desempeñándose como Director de Desarrollo organizacional y Coordinador de Awana en Ecuador y también ejerciendo labores administrativas, creando puentes y elevando a todos los que, de una forma u otra, están a su cuidado, reforzado con un llamado a servir a tiempo y fuera de tiempo en el evangelismo y discipulado infantil.
Francisco mantiene una estrecha relación motivacional con los misioneros globales, produciendo en ellos un deseo ferviente por servir en el discipulado infantil y juvenil desde donde están. Él se describe como un catalizador en la formación de un equipo efectivo de trabajo con alto desempeño.
Está siempre dispuesto a contribuir en la formación de personas con un perfil de autonomía, compromiso, responsabilidad, iniciativa y eficacia en el desempeño.